Lascivo como siempre, además de imaginativo, nuestro Willy está de vuelta. Para poder entrar en un hotel, lleno de mujeres apasionadas, no se detiene ante nada y llega a travestirse con sensual y atrevida ropa de mujer. Tras haber logrado superar la barrera de la recepción y alcanzar los pisos superiores, ya no tiene más obstáculos… Tan pronto como llega a la primera habitación, somete a un intenso trabajo a su negro martillo. Bocas, coñitos y culos, por ese orden penetra su potente polla estas salvajes y ardientes mujerzuelas